A veces no tenemos días buenos, ni siquiera regulares, sino tremendamente malos, en los que la vida te da una bofetada y recuerdas entonces que el presente se llama así por que es un regalo, regalo que a veces no nos damos cuenta que esta ahí, siempre hay tanto que hacer, tanto que preparar, que te olvidas de disfrutar, de sonreír, y te metes en la vorágine del trabajo, los coches, los atascos, corres para coger el metro, cuando sabes de sobra que si se va uno llegara otro, pero parece que es vital no perderlo, y nos perdemos tanto en esos momentos…nos perdemos
En unos dias subire otra entrada muy diferente a esta,en la linea habitual,pero dejadme que estos momentos sean para ellos.
Gracias.
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